Decía en la entrevista en ABC que dio origen al artículo que enlazamos que era lo mismo para nosotros demandar a la frutería de la esquina que a la empresa con más cashflow del mundo por una sencilla razón: estamos en un país con un avanzado sentido del derecho y todas las personas físicas y jurídicas tienen que cumplir las reglas del juego. Sin distinción.
Con Carles Francino, en La Ventana, también hablamos sobre el tema y abrió la entrevista avisando que estábamos ante un asunto «de traca». Y no se refería a toma de posesión de Trump. Off the récord comentó que se sentía totalmente engañado por Apple al caer en la cuenta -ahora sí- de que toda las canciones por las que había pagado a lo largo de estos años no eran suyas sino que únicamente tenía una licencia de uso sobre ellas, que duraría lo que durara activa su cuenta de usuario que, por cierto, es personal e intransferible (como todas). Es decir, hasta el final de sus días (si es que Apple decide no eliminarla previamente) y sin posibilidad alguna de dejarlas en herencia a quien considere oportuno.
Dio origen a esta bomba mediática con forma de demanda, el Trabajo Final de Master de las Nuevas Tecnologías realizado en la Universidad Pablo de Olavide y que fue calificado con una Matrícula de Honor. El título? El contrato de iTunes: problemática en la adquisición de productos digitales. En otras palabras, esta no es la demanda de un lunático que quiere su minuto de gloria, aquí hay una base jurídica muy fuerte basada en la máxima calificación y el apoyo unánime de cuatro catedráticos expertos en la materia. Por eso, al preguntarme por qué, siempre respondo lo mismo? Y por qué no?
No sabemos donde acabará este procedimiento que seguiremos actualizando a través del hashtag #lboapple a través de nuestras redes sociales, pero lo que sí sabemos, es que no pararemos hasta lograr que la letra pequeña coincida con la letra grande y no haya ni un solo consumidor más que cometa el error (inducido) de firmar un contrato de adquisición de licencia de uso pensando que está comprando un bien digital. Tenemos todo el tiempo y las ganas del mundo.
Víctor López, Director de LBO Abogados.